martes, 1 de febrero de 2011

Cine. Camino a la libertad

¿Qué puede hacer que uno pueda plantearse y realizar sin desfallecer el caminar desde el corazón de Siberia hasta la India a través de la tundra siberiana, el desierto del Gobi, y la cordillera del Himalaya sin víveres ni equipamiento y sin posibilidades de pedir ayuda durante el camino? ¿qué o quién puede sostener ese gigantesco esfuerzo aguantando hambre, sed y muertes de compañeros? Esta película cuenta la historia real de Slavomir Rawicz que escapó junto a otros prisioneros de un gulag soviético para recorrer un camino de 4.000 km. hasta la India y así  poder escapar del régimen soviético y regresar a la Europa no ocupada. Este camino largo y penoso es similar al que tuvo que recorrer una gran parte de Europa durante casi la totalidad del siglo XX para superar el totalitarismo, con el único objetivo de encontrar la libertad, y lo que esta libertad conlleva, principalmente la necesidad humana de poder encontrar el perdón, y la posibilidad de arrancar de nuevo y de que el mal no tenga la última palabra.

En el grupo de escapados puede observarse distintas posturas que uno puede tomar ante la cruda realidad: la fuerza indomable del espíritu de supervivencia, el miedo a la libertad, el respeto al otro diferente de mí, la capacidad reconstituyente de perdonar, la bondad de la búsqueda del bien común y la necesidad del otro para tu propia felicidad, la obediencia a quien sabe adonde ir, la misericordia frente a la menesterosidad de otros, la reconciliación con el mal hecho en el pasado, la amenaza que supone para el poder el deseo trascendente del hombre, ..., etc.

Viendo esta película uno constata de nuevo que para ser verdaderamente feliz se necesita un camino que recorrer que nos eleve desde nuestra condición de esclavos hasta un Destino a la altura de lo que deseamos, la felicidad nuestra y la de los que amamos. Por eso caminar da pleno sentido al hombre, porque supone la existencia de un destino, pone en juego nuestra libertad y nos hace solidarios con los otros.

Película sobresaliente que pide verla en pantalla grande por la imponencia de los paisajes y de las interpretaciones. Otra obra inquietante de Peter Weir (el Show de Truman, el Club de los poetas muertos...) con un magnífico reparto donde destacan especialmente Collin Farrel, un extraordinario Valka, y en un segundo plano, Ed Harris y Jim Sturgess.

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