La Asociación


Hay pocos elementos de la naturaleza que reúnan tantas referencias positivas como un árbol: plantado en la tierra; sostenido en la vida por el agua, el aire y el sol; creciendo hacia el cielo; con una forma permanente y reconocible pero vivo y siempre diferente; sencillo y sensible pero sólido y firme; sombra y descanso para los que se detienen junto a él; productor de belleza en forma de hojas y flores, de alimento en forma de frutos, de recursos en forma de madera; cobijo y protección de los seres que viven en sus ramas.

Nuestra Asociación, como un árbol, quiere estar anclada en la realidad, y vivir en ella y de ella, pero mira más allá de la apariencia. Es sencilla y no tiene grandes pretensiones, aunque está segura y firme en aquello que le da su sentido. Esta abierta a todos los que quieran acercarse y no pretende más que compartir la belleza y el conocimiento con aquellos que quieran acogerlos.

Existen en la naturaleza árboles blancos como los abedules, hayas, sauces, eucaliptos o chopos pero nosotros no elegimos el Árbol Blanco por una referencia específica a ninguno de ellos. Nuestro Árbol Blanco es una referencia literaria a una criatura de la mitología creada por J. R. R. Tolkien. En ésta, el Árbol Blanco de Gondor nació del fruto de uno de los árboles que daban luz al mundo en los tiempos antiguos. Estos árboles no habitaban en los confines actuales del mundo y nunca fueron vistos por los hombres. Sin embargo, la presencia del Árbol Blanco, hermoso pero natural, y por tanto perecedero, es una referencia permanente a una tierra dónde no existe el mal ni la corrupción y dónde la belleza es perfecta.

Para nosotros la belleza, la sabiduría y la armonía que muestran la naturaleza, la música, la ciencia, la literatura, el cine, la arquitectura… son un valor por sí mismas; pero su valor principal es que remiten a otra belleza, a otra sabiduría, a otra armonía que no tiene fin ni límite y de la que aquello que observamos no es más que un reflejo.